D. Quijote y Sancho encuentran en la Venta de Antequera a un jugador de dados. Éste utiliza una especie de dado construido de una manera muy curiosa: se han cortado las ocho esquinas de un cubo de 10 cm de arista justo por la mitad de cada una, quedando un poliedro con seis caras cuadradas y ocho triangulares. Las caras cuadradas están pintadas de color azul y las triangulares de rojo (como las del dibujo).