Desde luego, mi amigo Pepito es un genio. Ayer me dijo: Piensa un número, súmale uno, multiplica el resultado por dos, súmale tres, réstale cuatro y a éste resultado súmale el número en que pensaste en un principio multiplicado por cinco. Luego me pidió el resultado final. Yo le contesté: 36. Y él me adivinó que el número que pensé al principio fue el 5. ¡Fantástico!, ¿verdad?